Las plantas también se pueden reproducir de
manera sexual, además de asexuales. A diferencia de la mayor parte de los
animales, las plantas no se pueden desplazar; es por ello que depende de diversos
agentes, como el agua, el viento, y de algunos animales, para transportar y “captar”
los gametos que intervienen en la fecundación.
Lo cierto es que las plantas, al igual que los
animales, poseen órganos sexuales que producen los gametos.
Las plantas con semillas, como los pinos y los
rosales, aunque evolutivamente son más jóvenes que las plantas sin semillas, como
los helechos, que ha colonizado diferentes ambientes. Uno de
los factores determinantes
que les ha posibilitado la conquista del medio terrestre es que el embrión está
protegido dentro de la semilla; además, este puede permanecer en estado latente
en su interior y eclosionar cuando las condiciones del medioambiente son
favorables.
Las semillas, además de proteger el embrión,
poseen en su interior las sustancias nutritivas que este requiere para su
crecimiento.
Las plantas que poseen semillas se dividen en
dos grandes grupos. Uno de ellos es el de las angiospermas, que son plantas
cuyas semillas se desarrollan dentro de un fruto, como en las manzanas y los
duraznos. El otro es el de las gimnospermas, cuyas semillas están “desnudas”,
es decir, se desarrollan sin la protección de un fruto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario