viernes, 20 de junio de 2014

Gimnospermas y Angiospermas


Encuentro de gametos en las gimnospermas


Las gimnospermas son las plantas leñosas y generalmente arbóreas. Las flores son poco llamativas y se encuentran en unas estructuras denominadas conos. Los pinos, por ejemplo, son gimnospermas. Cada uno masculinos son relativamente pequeños y se ubican en los extremos de las ramas. Durante la temporada de reproducción liberan enormes cantidades de polen (con los gametos masculinos). Algunos de estos granos forman pequeñas estructuras aladas que son fácilmente transportadas por el viento a grandes distancias. Como cada cono puede liberar muchísimos granos de polen, las posibilidades de que alguno ingrese accidentalmente en el interior de un cono femenino son muy altas.

Los conos femeninos del pino son las piñas. Están formadas por un eje central y una serie de escamas leñosas que lo rodean. En la base de cada una de ellas se encuentran los óvulos. Cuando algunos de los granos de polen expulsados por los conos masculinos que, de este modo, fecundan a los óvulos. Los óvulos fecundados se convertirán en semillas. Cuando el cono madura, las escamas se abren y las semillas son liberadas.


Las piñas con los conos femeninos de las gimnospermas.
Los conos masculinos de las gimnopermas liberan granos de polen.


 Encuentro de gametos en las angiospermas


Estas plantas son las más modernas y, debido a la especialización de sus órganos reproductores, han poblado casi toda la Tierra. Las especies descubiertas al momento rondan las 250.000, aunque se calculan que aún falta clasificar muchas más. Las hay de todas formas y tamaños. Desde los enormes eucaliptos hasta los delicados rosales. Más allá de las diferencias que las puedan distinguir, tienen algo que las identifica: todas las angiospermas poseen flores que son sus órganos reproductores.


La mayoría de las flores son hermafroditas, es decir que una misma flor tiene estructura que producen gametos femeninos y gametos masculinos, lo que posibilitan la autofecundación.


Las flores, al igual que las hojas, se desarrollan a partir del tallo de la planta. Las distintas partes que componen la flor son, entonces, hojas modificadas y reciben el nombre de antófilos.

Es muy probable que hayas tenido la oportunidad de descubrir, mediante la observación, la asombrosa variedad de flores que exhiben las plantas. Aunque las formas y los colores pueden diferir notablemente, existen ciertas partes que son comunes casi todas ellas: sépalos, pétalos, estambres, carpelos. El conjunto de sépalos constituye a cáliz, el de pétalos recibe el nombre de corola. Y cáliz y corola juntos forman el perianto, que representa la parte estéril de la flor. Los estambres y los carpelos son, entonces, las estructuras fértiles o reproductoras.

Cuando una flor posee estas cuatro partes se dice que es completa.  Ejemplo de ello son las flores de la rosa, el azafrán y el tomate. Si una flor el estambre o los carpelos, que son las estructuras reproductoras de ambos sexos, es una flor incompleta.

En ocasiones se encuentran en la misma plantas flores de distintos sexos, es decir, algunas flores tienen solo estambres y las otras, solo carpelos. Esto se da, por ejemplo, en las plantas de la calabaza y el pepino.

Los sépalos son las hojas, por lo general, verdes que protegen al pimpollo durante el desarrollo. Una vez que la flor se abre y quedan expuestas la demás partes, los sépalos ocupan la parte inferior de la flor. Sobre los sépalos se encuentran los pétalos que, habitualmente, exhiben olores brillantes y fragancias muy potentes. De este modo pueden ejercer una función fundamental en la reproducción vegetal, atrayendo a los agentes polinizadores como pájaros e insectos.

En la parte central de la flor y rodeado por los pétalos se encuentras el gineceo. Esta estructura está formada por un grupo de carpelos fusionados entre sí. El gineceo cuenta con un estigma, que es la superficie a la que se adhieren los granos de polen y un estilo con forma de tubo, que lo comunica con el ovario, dentro del cual se hallan uno o más óvulos.

Cuando el grano de polen llega al estigma de una flor, forma un tubo polínico por el que descienden los gametos masculinos hasta el ovario, y fecundan el o los óvulos. Una vez que esto sucede, cada óvulo fecundado origina una semilla, que en su interior contiene el embrión, en tanto que e ovario se transforma en fruto.

Esquema de una flor hermafrodita



















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